jueves, 8 de septiembre de 2011

Por las siglas de las siglas (Amén)

Nos comen las siglas (NCLS). No hay duda (NHD). Vivimos en un mundo (VEUM) dominado cada vez más (DCVM) por la necesidad de ahorrar tiempo (NDAT), lo que se traduce en que cada vez todo dura menos (TDM): las guerras, los automóviles, los matrimonios, los sueldos (GAMS)… Y fruto de esa necesidad de condensarlo todo (NCT) es la invasión de las siglas (IDS), que se han apoderado hasta tal punto de la vida diaria (LVD) y de la intimidad de las personas (IDP), que ay del pobre que no sepa interpretar esas -a menudo- palabras impronunciables (PI).

Las siglas no son algo nuevo, sin embargo. Los primeros vestigios se remontan a la época de la cultura clásica. Los romanos, por ejemplo, inventaron el SPQR (no confundir con el Sport, que es otra cosa) y el INRI (que para mayor inri viene aceptado así tal cual por el DRAE). Más tarde vendrían otras como q.e.p.d. (versión española del RIP o Requiescat In Pace).

Fue durante el siglo XX (también conocido como El Siglo de las Siglas) cuando la siglonimia alcanzó su auge, y cuando se acuñaron palabras/términos como ONU, OVNI, RENFE, DNI, ITV, etc., y todos los partidos políticos y sindicatos tuvieron ya la suya (PSOE, PNV, UGT), y se llenó de siglas el lenguaje técnico: S.A. (Sociedad Anónima), OM (Orden Ministerial), TEAR (Tribunal Económico-Administrativo Regional); km/h (kilómetro por hora), OTL (otorrinolaringología), ADN (ácido desoxirribonucleico), etc., culminando en el más cercano y terrible SIDA.

Como curiosidad, a veces se empleaba la misma letra mayúscula dos veces (así, RR.HH. para referirse a Recursos Humanos, o CC.OO. al sindicato Comisiones Obreras). Pero todas las mencionadas eran palabras formadas a partir de las iniciales en castellano, que convivían perfectamente con las que existían Allende Nuestras Fronteras (ANF) (no confundir con Isabel Allende y menos aún con Salvador Allende), porque p. ej. Ovni en inglés se dice UFO –Unidentified Flying Object-, o Sida, AIDS -Acquired Inmunodeficiency Syndrome-, y de alguna manera no presentaban demasiada dificultad a la hora de pronunciarlas. Otra cosa era para formar plurales o derivados de esas palabras, que habrían de regirse por las reglas comunes de nuestra lengua.

Pero ya empezaban a invadir nuestro idioma algunas siglas importadas directamente del inglés, la actual lengua del imperio mundial. Y así encontramos términos como láser (tomado nada menos que de Light Amplification by Stimulated Emisión of Radiation). Bueno, al menos se podía pronunciar, y eso sí, al castellanizarla hubo que ponerle ese acento para evitar que alguien tuviera la tentación de pronunciarlo lasér.

Y sin darnos cuenta fuimos claudicando e incorporando nuevas siglas sin pasar por el tamizado de nuestra propia lengua: un LP (long-play) podía haber sido un LD (larga duración), pero acabó por decirse elepé; un CD o cedé (Compact-disc) tampoco tuvo adecuada traducción (pudo haber sido un DC o decé -disco compacto-. Y así sucedió con prácticamente todos los términos relacionados con las nuevas tecnologías, informática, telefonía, telecomunicación, etc. Y con otros muchos de otros campos: GMT (Greenwich Mean Time) y hasta con palabras tan curiosas como yuppie o la más reciente ninja (no income, no job, no assets = persona sin ingresos, sin trabajo y sin propiedades).



Todo ello nos ha llevado a encontrarnos con siglas auténticamente endiabladas, desde el mp3 a la tan de moda TDT, desde el iPod (que no sé lo que es, pero que al parecer se pronuncia áipod pero que suena a que iPod-ré esto, iPod-ré aquello, etc.), hasta lo de HTML (me niego a intentar pronunciar cuatro consonantes seguidas), desde esa horterada de “Moto GP” (con lo bien que sonaba lo de 500 c.c.) hasta la Wii, o desde las tres www hasta el http, por poner solamente unos pequeños ejemplos.

Y la que más gracia me hace de todas las siglas es la de TAE, tan española ella, que además tiene la guasa de estar relacionada con el dinero y los Bancos. Parecen querer decirte: tú TAE tu dinero y verás lo que te pasa.

En fin, otro día contaré más aberraciones (ODCMA) de la actual civilización (LAC).

Buenas siglas a todos (BSAT).

© Juan Ballester

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